Esto.
Hace aullar al lobo,
cantar a la sirena:
Creerse cuerdo al loco.
Eso.
Incendia cada cicatriz
como un mapa de luciérnagas,
de supernovas efímeras.
Aquello.
Tiene barro en el alma;
veneno en la lengua,
la mentira en el pecho.
Aquí.
Fingimos ser leves
sin el mercurio en la sangre,
sin plomo en las alas de pájaro.
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