Hoy, esta ciudad, amanece de nuevo
con olor a animales muertos,
a sangre secándose en los sumideros.
Óscar Millarengo. |
Ama, una vez más, de mi derrumbe,
me arranco sin pestañear otro miembro.
Roto y sellado el dique de las lágrimas,
ni me juzgo ni me condeno.
Por bruja me salvo.
Vocalizo tres palabras
y vuelvo a mirar al cielo.