lunes, 2 de mayo de 2022

Perdí el Azul.



El aire se hizo denso y siempre era de noche.


Nunca regresé a la sonrisa de mi padre.


El tiempo empezó a deshacerse en espirales de humo que giraban hacia el fondo.


Las persianas eran rejas de forja y yo una vara clavada en el suelo.


La ermita fue un pequeño barco a la deriva.


Y sí, el dolor es rojo pero el sufrimiento, mi sufrimiento, es siempre gris.




No hay comentarios:

Publicar un comentario